miércoles, 1 de julio de 2009


[II]

Para bien poco da tanta ignorancia, siempre aumentando de modo exponencial: apenas para escribir meras impresiones sin un objeto nítido y sin dirección alguna, torpemente precisadas en frases cuya involuntariedad bien pudiera convertirlas por igual en geniales o estúpidas. Se me ocurre la siguiente: "Todo transcurso conduce a un callejón sin salida".
Muy poco después de escribir tal ocurrencia, leo la siguiente frase de san Agustín: "¿Adónde va el presente cuando se convierte en pasado?"
Qué ridículo este conformarme con la banalidad de creer en las coincidencias, en el halo de misterio con el que siempre las rodeamos (siempre y cuando concluyéramos que ambas proposiciones tuvieran algo en común).