sábado, 31 de enero de 2015

GALANTERÍAS




"Después de los postres, ésta condujo a Cándido a su gabinete y le hizo sentar en un diván.
—¡Qué!—le dijo—, ¿continúas amando perdidamente a la señorita de Thunder-ten-tronck?
—Sí, señora —respondió Cándido.
La marquesa le replicó con una sonrisa cariñosa:
—Me respondéis como sólo un joven recién venido de Westfalia puede hacerlo; un francés me hubiera dicho: «Es verdad que la amo, pero viéndoos, dudo si seguiré amándola»".


[Voltaire, "Cándido"; extraído de "La identidad desdichada" de Alain Finkielkraut, Alianza Editorial, 2014]