sábado, 12 de marzo de 2016

"¡HÁGASE!"






Se dice aquello de que la esperanza es lo último que se pierde. Puede que una frase así encierre más desesperación de lo que da a entender. Conviene, no obstante, constatar que la esperanza nos constituye en la medida en que hay un orden del ser, un plan para la batalla, con el que manejarse con cierta solvencia.
"¡Hágase!", ese mandato que aparece en el Génesis, nos recuerda la bondad de cuanto existe. Conviene igualmente recordar que el ser conlleva un deber ser que no necesariamente se inscribe dentro del imperativo categórico kantiano. No se impone: se es, y se obra en consecuencia.
A pesar del campo repleto de minas que nos ha dejado la filosofía última, el hombre continúa en la brecha, sin telos detrás de la naturaleza y la historia. Desamparado. Maltrecho. Casi muerto. El daño es casi irreversible. Casi.