viernes, 26 de junio de 2009


[I]

También de un día como el de hoy está hecha mi vida, y qué capacidad me asiste para no encontrarme con él, hasta casi despreciarlo, como sin duda he ido haciendo a lo largo de los años. Este entrenamiento singular que nos facilita el olvido como una estrategia o una terapia, anticipa el olvido definitivo. Puede que el definitivo rescate de todas esas nimiedades que se acumulan en los alrededores de la vida, incluido el día de hoy, con la fronda irregular de estos castaños recortándose sobre un cielo no del todo azul.

7 comentarios:

Paco dijo...

Los olvidos son mi vida, mi vida es olvido, uno tras otro. Pero todo se recuerda, se acaba recordando..., nada se va...
Excelente, primo.

Andrei Rublev dijo...

Van a pensar que somos primos, así que modera tus elogios, que estas líneas las escribí esta mañana, y no creo que den para tanto.
Y tienes razón, todo se acabará recordando. Así se lo leí este año a ese gran escritor que era C.S. Lewis, el secreto de la vida será su recuerdo permanente, pero el recuerdo de lo más íntimo, del detalle aparentemente nimio pero entrañable.
No creo que este blog forme parte de la vida eterna. Ni yo lo deseo.
Muchas gracias y muchos abrazos.

José havel dijo...

Mientras este blog siga en funcionamiento no hay olvidos que valgan hacia tu persona, querido amigo, ni propios ni ajenos. Un saludo.

Andrei Rublev dijo...

Van a pensar que somos más que amigos, don Havel. Nunca hubo "bloggero" de incondicionales tan bien servido. Ya pudiera yo corresponder de idéntico modo...
Abrazos, don José Havel.

Unknown dijo...

Blog chulo, chulo. Pero a ver cuando sacas un nuevo libro. Saludos cordiales.

Andrei Rublev dijo...

Pero bueno, así que el Rufián eres tú, amigo Rubén, bienvenido a este mundo de autistas con vocación de artistas (je, je, mal juego de palabras).
Me pasaré gustoso por tu blog (y lo añadiré como enlace, cómo no).
Saludos cordiales, oiga.

Eduardo Vera Websites dijo...

Genial