jueves, 8 de diciembre de 2011

ÁRBOL ÚLTIMO



Nunca sé responder si se me solicita.
No hay palabra ni obra, intención ni propósito
que en dirección alguna su ceguera apunten.
Enmudezco delante del convencimiento último.
Hágase en esta noche. Que así sea.
Mudo, delante del árbol postrero
con sus ramas abiertas de savia clausurada,
desnudo como ellas de inmediato sentido:

fugaz presentimiento este ver colmatado
todo abismo de frutos que se anuncian.





4 comentarios:

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Hermoso este árbol otoñal, desprovisto de hojas lo mismo que de palabras el poeta cuando se le interroga. Oscura la intención del poema, difícil de entender para los no iniciados, parece entreabrise en él un haz de luz que ilumina presentimientos y nos muestra una profunda religiosidad.

Mi enhorabuena, Andrei. Saludos.

Cristina Brackelmanns dijo...

Impresionante. Gracias.

Andrei Rublev dijo...

De nuevo vuelvo a mi nombre, emerjo al fin...

Arsenio Bernal dijo...

Ahora sí...