sábado, 7 de julio de 2012

UNO DE LOS NUESTROS


"Cuando había señalado las capillitas lo hacía sonriendo, como pidiendo disculpas, y comprendí que éramos de la misma religión"

(De "El camino de Roma", de Hillaire Belloc, Gaudete, p. 258).

3 comentarios:

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Evidentemente, por lo que expones extractado de ese libro de Hillaire Belloc, yo no soy "una de los tuyos", jaja, aunque también pueda señalarte capillitas sonriendo.

Es curioso el sectarismo del ser humano, cómo se define "uno de los nuestros" al que comparte creencias o ideología, y cómo se rechaza a aquéllos que piensan diferente, olvidando que, lejos de las diferencias, el ser humano, independientemente de su credo religioso o político, de su sexo y de su raza, es un igual, y por tanto, siempre, SIEMPRE, es "uno/a de los nuestros".

Andrei Rublev dijo...

Lo sorprendente es encontrar oposición en una expresión que denota la alegría de hallar a quien comparte unas mismas creencias.

Por otra parte, no hay que olvidar que fue el cristianismo el que, en el mundo antiguo -y ya para siempre-, inauguró esa sorpresa del ser humano como "un igual".

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Sí, Andrei, ciertamente, el cristianismo preconizaba, y preconiza, la igualdad de los seres humanos, pero también es cierto que a lo largo de la historia los propios cristianos distaron mucho de seguir las enseñanzas de Cristo respecto a ese tema, y los seres humanos vivieron en enorme desigualdad: de clases (siervos sometidos a sus señores), de sexos (mujeres sometidas al poder masculino)e incluso de razas; no olvidemos que españoles y portugueses, pueblos ambos muy católicos, comenzaron, allá por el s. XVI, la "importación" de esclavos africanos para sustituir a los también esclavos amerindios de las encomiendas. Por tanto, decir que los postulados de Cristo, en el sentido de la igualdad, fueron llevados a cabo por sus seguidores, es padecer amnesia histórica.

De todos modos, en mi anterior comentario, me refería a que cuando se define "uno de los nuestros" a alguien afín, se hace una exclusión implícita a los no afines, que pasan a no ser "de los nuestros".

Siento estar tan respondona hoy, Señor Rublev, será porque aún no me ha pintado usted el icono que tan encarecidamente le encargué, jejeje.

Saluditos, y feliz domingo.