martes, 9 de diciembre de 2008


PERVERSIÓN

Con demasiada facilidad el resentimiento maneja la mano ignorante o la mano taimada. Acaso ambas sean la misma a la hora de dibujar el exabrupto, aquella que oculta la realidad en aras de que cuadre la perversa cuenta de resultados. Se nos hace creer que las víctimas son hoy lo mismo que fueron sus verdugos. Es en esta constante obscenidad en la que se obliga a permanecer al hombre moderno. "¿Qué manda la voz de Auschwitz?", se pregunta E. L. Fackenheim: entre otras cosas, se prohíbe a los judíos "desesperar del hombre y su mundo, y buscar escapatoria en el cinismo o el espiritualismo, para que así no contribuyan a entregar el mundo a las fuerzas de Auschwitz".



7 comentarios:

Olga Bernad dijo...

Hola, Arsenio. Ante todo, gracias por tu visita y la lectura de mi blog. Y gracias también por traerme hasta el tuyo. Lo leeré despacio.
El vídeo es durísimo, como el texto. La perversión es una mezcla de resentimiento, ignorancia y maldad. Hay que ver a las víctimas como víctimas, siempre. Lo que me preocupa es lo fácilmente que las víctimas sin paliativos de una época se convierten en verdugos sin paliativos en otra. Nos lo enseña la Historia y la vida cotidiana. Tal vez el mundo siempre ha estado entregado a las fuerzas de Auschwitz, no lo sé, me dejas pensando...

Andrei Rublev dijo...

Oh, Dios mío, no puedo estar más en desacuerdo, permítemelo. No admito la tergiversación de una pintada y de ciertas ideologías. Las víctimas de otra época no son los verdugos de esta, si bien puedo admitir los excesos que todo Estado pueda cometer en determinados momentos. Este no es el lugar más adecuado para responder en profundidad, pero bueno... Gracias 1.000 por tomarte la molestia de venir, mirar y leer con atención y consignar tu "apostilla". Gracias. Que el desacuerdo no impida la limpia comunicación. Gracias:-)

Andrei Rublev dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Olga Bernad dijo...

Es verdad, no es el mejor sitio. Me refiero a lo frustrante que es que tantos pueblos distintos y en distintas épocas muestren una carga de crueldad tan inmensa. Pero no creo que eso deba utilizarse para justificar lo injustificable. Quizá no me he explicado bien, y lo lamento.
Para mí no es ningún problema, Arsenio, estoy segura de que básicamente no estamos en desacuerdo.
Un saludo.

Carmen Aliaga dijo...

Gracias por compartir con nosotros tus palabras y el vídeo.
Saludos

Carmen Aliaga dijo...

He olvidado decirte que me ha gustado mucho "Rutina" que leí en tu
blog hace unos días.
Que la escritura nos salve y nos libere.

Andrei Rublev dijo...

A veces uno se encuentra respuestas por sorpresa que por fuerza te confortan.
Un millón de gracias.