[Epitafio escueto y enigmático que reza en la tumba de Borges, en Ginebra.
Por nuestra parte, este será el espacio para la poesía y el pensamiento, como la manifestación de la sorpresa que nos asalta por el hecho de vivir. Invitación al sosiego espiritual, después de todo.]
2 comentarios:
Gracias, Arsenio en mi nombre y, en el de Ángel Sobreviela.
Un fuerte abrazo.
A vos, Carmen; a Ángel, por supuesto; al ángel de Andrei; a la ilusión que no puede nombrarse...
Un abrazo.
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