viernes, 23 de julio de 2010


SIN TIEMPO





Mucho más que la dudosa capacidad de reacción, me asombra el oscuro marasmo al que asisto, la densa tiniebla de la que formo parte. ¿Qué puerto se puede alcanzar si se ha renunciado por completo a remar en dirección alguna? ¿Hasta qué fondo llegaremos, arrastrados por el vertiginoso discurso de los tiempos? La respuesta sólo puede ser desalentadora, siniestra pero nítida: hace tiempo que ya hemos comenzado a desaparecer, confundiéndonos sin remedio con el paisaje, ese vacío diseñado para el deleite y la más estricta inmediatez; la realidad no aparece ya detrás del decorado, a cuyo vacío despliegue de infinitas combinaciones de ceros y unos dedicamos diariamente nuestro fervor de cuencas vacías, de ojos en blanco. El rey continúa desnudo, aunque no queramos verlo. Todo lenguaje, desprovisto ya de significado, se ha negado a urdirle un cobijo. Somos hombres sin hogar ni horizonte. Sin ritos. Sin tiempo.


5 comentarios:

Eduardo Arias dijo...

Sólo es desaliento, en verdad, lo que se capta escuchándote (leyéndote a la vez, en el texto infrascrito).
Menos mal que la alegría de oírte y la comprobación de que, pese a todo, algo haces para comunicarlo, compensa todo lo demás.
Ánimo, amigo

Sofía Garzón dijo...

Sín propósito, en carencia de intención, una ganas sin sabor que no llegan siquiera a impulso. Que bien describes esta peste nueva, esta peste evoluCionada que no deja sentir en presente sus complicaciones y dolencias.

Cher dijo...

Hola Arsenio, me permito decirte que tienes una bonita Voz. Reaccionas pues y no es esa la revolución, la revolución debe empezar por uno mismo no dejándose domesticar, más bien se debe accionar la espada: "No creáis que he venido a traer la paz a la tierra; no he venido a traer la paz, sino la espada, porque yo he venido a separar al hombre de su padre, y a la hija de su madre, y la nuera de su suegra, y serán enemigos del hombre sus mismos domésticos". (Mt 10, 34-36)
Tu Voz es de abatimiento y dócil cuando (por tus sobrados dones) puedes ser un Guerrero de la Luz. Tú eres el encargado de vestir y cobijar al Rey, tu Voz debe alzarse.
Mi pretensión no es ofenderte sino darte un propósito, pues ¿quién mejor que tú esgrime la espada-pluma para la disensión?

Andrei Rublev dijo...

Ay, si en el fondo supiéramos que la verdadera motivación de todo no somos sino nosotros mismos... Como para andar pretendiendo llegar a tan altas cotas de heroicidad. No. Esta última acaso consista en luchar contra nuestra propia naturaleza (no será pequeña, pues, la guerra). Sajarnos de raíz. ¿Quién está dispuesto a conceder carta de naturaleza al prójimo, al enemigo, a ese Dios que siempre calla ("Sí, tu rostro, Señor, es lo que busco; no me ocultes tu rostro, no rechaces a tu siervo"), y no concedérsela a lo inmediato, conformándonos con la banalidad que algún día muere...? Mi naturaleza no es guerrera sino torpe, descobijada. No es heroica sino vanidosa. Estoy siempre abatido, eso sí. Y busco, eso también; eso siempre. La motivación, el motor: "El silencio de Dios" de Rafael Gambra.

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Pues sí, tenías razón en que en tus poemas incluías tus vídeos, ésa era la idea que te comentaba, pero tú ya la habías puesto en práctica. Me ha gustado mucho leer el poema, o la prosa poética, pues es poesía, pero sin sangrado de líneas, a la vez que volvía a escucharte declamando esta maravilla profunda e íntima y certera como la realidad que nos asiste.

Un beso, Poeta.