viernes, 22 de junio de 2012

POR MÁS QUE NOS LO PROPONGAMOS...





...seremos incapaces de sustraernos de la corriente ineludible del sentido. Nuestra salvación depende menos de su comprensión que del atrevimiento a sumergirnos enteros en sus aguas.


3 comentarios:

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Huy, qué mensaje tan críptico, aunque supongo que te refieres a que la salvación del alma depende menos de que comprendamos cómo ha de realizarse ésta, que de comprender lo que nos conduce a ella, que en ese caso será la fe. Espero haber comprendido también el mensaje y no haberme ido por los cerros de Úbeda.

Feliz fin de semana, mi docto Andrei Rublev.

Cari Colado dijo...

Pienso en voz alta: si somos incapaces de cambiar nuestras vidas, entonces el libre albedrío natural no existe, por lo que la salvación quedaría sólo en manos de Dios, por su gracia. Pero para el catolicismo "el hombre puede", mientras en el protestantismo el hombre ha caído y sólo es redimible por Dios.En "De servo arbitrio", el amigo Lutero , declara que el libre albedrío es nada, una pura mentira.

Me pregunto:¿el sujeto que cree sin comprender, lo hace por miedo, busca seguridad, consuelo? ¿Y eso, no hace que la religión católica se transforme en una religión utilitaria,lo que ya es, hoy en día, para la mayoría de los individuos que pertenecen a ella?

Cristina Brackelmanns dijo...

"Atrevimiento a sumergirnos..." es perfecto.
Mucho más gráfico y más preciso que "el salto" de Kierkegaard, que parece que salta en el vacío dispuesto a estampanarse (aunque igual el pobre saltaba en el aire sólo por no zambullirse en esas aguas del Norte, tan frías...)