...terapéutico dejarse invadir por esa arrogancia desesperada y arrebatadoramente vital que destila cualquier canción de P. J. Harvey. Y no lo es en la medida en que ninguna huida hacia delante le viene bien a la recurrente malformación de mi carácter, aunque a veces me da por engañarme a mí mismo creyendo salirme por la tangente, sintiendo alguna forma de nostalgia por la derrota consentida.
Se me ocurre concluir esta perorata con la palabra decepción.
❦
1 comentario:
No deberías temer, es el desconcierto. Nos pasa a todos.
Claro que no es nada, lo es todo.
Publicar un comentario