jueves, 15 de octubre de 2009

Buscar el lugar más recóndito, apartado del mundo pero en el mundo inserto, con el fin de cerciorarse de que en esto consiste la vida: un camino difícil pero asequible, el rastreo pormenorizado de indicios de otro tiempo que nos recuerden a qué pertenecemos, qué hilo imperecedero nos sostiene, hasta dónde se remonta el origen... Un instante después, mirar en

torno, haciendo el cálculo desangelado de hombres apegados a su angustia moderna; tal vez, como en mi caso, alzar la vista al cielo en busca de otro rastro bien distinto, imperecedero y sutil, inabarcable, demasiado parecido al vacío, paradoja de cuanto somos a diario, íntimo pasaje cósmico al que tal vez se accediera de una sola zancada hasta el otro lado del espejo.



































2 comentarios:

secretpath dijo...

desde otro lugar perdido en el oeste de España
dejaré aquí el hilo de una cometa para recordar este lugar y poder encontrarlo entre las olas de piedra

Andrei Rublev dijo...

Encantado de verte por aquí, y agradecido, pues ¿quién se acordará de estos parajes, de estas humildes palabras?
Muchas gracias, rastrearé ese hilo hasta dar con su extremo, alzado al infinito...