sábado, 29 de septiembre de 2012

AMOR INTACTO




Con este segundo embarazo mi paternidad se ha vuelto más distraída. Ya no presto aquella pasmada atención que me provocaba el clausurado secreto del primero. En realidad, todo se reducía a un sencillo ejercicio de imaginación en el que uno nunca salía de su asombro (cómo será, cuáles serán sus rasgos, cuál su proceder...), haciéndose incluso más intenso cuando se dejaba envolver dentro de otro de índole más trascendente: el de poseer la plena conciencia de no ser uno sino un torpe medio a través del cual se construye un ser cuyo verdadero origen nos sobrepasa. Ahora, ya digo, veo venir con el rabillo del ojo a quien ya asoma, con el amor intacto y un asombro que ha de resistirse a dejarse vencer por la costumbre.

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