sábado, 15 de septiembre de 2012

LO QUE TOCA




De vez en cuando, quienes me quieren me afean —no sin razón— mi reiterada propensión a no escribir, o a no hacerlo con asiduidad. Se supone que de sus requerimientos brotan sobradas dosis de una confianza que a mí me falta. En todo caso, aseguraría incluso que su ausencia se debe menos a una casi congénita inseguridad en mí mismo que al autoconvencimiento de la inutilidad de toda escritura. No se me escapa, no obstante, el hecho de que semejante afirmación es fruto de simple holgazanería, y hasta de alguna retorcida variante de la vanidad.
Sólo cuando ésta es apenas sorteada —como ahora—, y se pone uno a la faena, el resorte es una pregunta que tiene algo de súplica, o de queja: "¿Sobre qué escribir?" Y a uno no le queda otro remedio que la respuesta inmediata, el quiebro automático: "Pues sobre lo que toca en cada momento". De este modo me convierto en simple y feliz escritor de circunstancias.

No hay comentarios: