sábado, 24 de noviembre de 2012

LOS PUENTES DEL REGRESO






Pese a que me gusta especialmente degustar la melancolía, aplicándomela con deleite mientras paseo o divago en soledad, comienzo a percibir con preocupación que no es tanto el placer como suponía, que algo parece desmoronarse detrás de uno, y que no conviene empeñarse en volver la mirada para contemplar aquellos caídos puentes del regreso (como en uno de los últimos versos de Jon Juaristi).

1 comentario:

Amando García Nuño dijo...

Además, es muy posible que, al otro lado de los hundidos puentes, no esté ya áquel que fuimos. Tentador y arriesgado el ejercicio de nostalgia. Un abrazo.